Una quema autorizada de restos de poda causó el domingo el incendio forestal que ha arrasado entre 15 y 20 hectáreas de pinar de gran valor medioambiental en La Torre de les Maçanes, y que a primera hora de ayer quedó controlado. Un agricultor de la zona ha sido imputado provisionalmente por un delito forestal, según explicaron fuentes de la Guardia Civil.

Esta persona llevaba a cabo sobre las 13.00 horas del domingo una quema para la que había obtenido el preceptivo permiso en su finca del Barranc de l'Horta -situada a la salida del casco urbano en dirección a Relleu- que se le descontroló. La investigación del Instituto Armado apunta a que en la quema no tomó todas las precauciones exigibles para evitar que las llamas se extendieran en una zona plagada de pinos con mucho material combustible.

El imputado, de unos 40 años y vecino de La Torre de les Maçanes, declaró ante la Guardia Civil el domingo y quedó en libertad ante la supuesta ausencia de intencionalidad. Ayer se encontraba en la zona del incendio, donde tiene una casa, y manifestó a este medio su consternación por lo ocurrido. "Estaba quemando la poda de los almendros. Sólo tiraba las ramas pequeñas para evitar llamas grandes. El día era bueno y tenía permiso, pero de repente un golpe de viento ha prendido el bosque. He intentado apagarlo yo mismo pero no había forma y he llamado enseguida al 112", insistiendo en que lamentaba lo sucedido y también pensaba que si los medios aéreos hubieran llegado antes -afirma que tardaron una hora- los daños habría sido menores. A pesar de ello señaló que "habría podido ser mucho peor".

Extremar las precauciones

Por su parte el alcalde Cristóbal Sala instó ayer a extremar las precauciones para evitar que se puedan repetir hechos como el del domingo, recordando que "los bosques están muy secos por la falta de lluvias y son un polvorín".

Los bomberos trabajaban ayer para dar por extinguido el incendio, ya sólo con medios terrestres, ya que el domingo se retiraron los cinco medios aéreos a última hora de la tarde. La complicada orografía de la zona siniestrada, ubicada en un barranco con numerosos desniveles y pinadas, dificultaba las tareas aunque la buena meteorología favoreció su labor y era cuestión de horas su extinción.

La noche anterior se quedaron cinco brigadas de bomberos y cinco vehículos autobomba para refrescar el perímetro afectado por el fuego, que aunque en un primer momento se estimó el área calcinada en unas 25 hectáreas, ayer, una vez controlado el fuego, se rebajó hasta entre 15 y 20 hectáreas.