Preservar el paisaje rural sanvicentero, que todavía ocupa el 60% del término municipal, apostando por la ciudad compacta y recuperando la tradicional "Casa de Bolta o de Volta" es la propuesta que recoge el libro "Medio Ambiente, Territorio y Paisaje en Sant Vicente del Raspeig. Análisis socioeconómico del uso y la gestión de los recursos ambientales naturales y su evolución en el espacio sanvicentero".

El estudio, elaborado por doctor en Economía y exalcalde de la localidad Francisco Canals Beviá y editado por el Cercle d'Estudis Sequet però Sanet, se presentó anteanoche en el Centro Social.

El documento estudia la evolución del paisaje de San Vicente y señala que la zona de protección agrícola abarca el 19,20% del municipio. Además "el espacio que podemos considerar rural o con una cierta protección medioambiental supone un 60% del término".

El autor considera "digno de mantenimiento y protección" el paisaje sanvicentero, "tanto las zonas rurales salpicadas de chalets, como, sobre todo, la zona norte del término y, particularmente, las montañas y sierras de Escobella, Sabinar y Bec de l'Àguila". Para ello propone redactar un plan de protección del área rural sanvicentera que regule los usos de zonas, construcciones, viviendas o caminos, entre otros.

También considera necesario crear un paraje natural municipal en el norte del término, a partir de la urbanización Pozo San Antonio. En este área se conservarían las construcciones actuales , los cultivos y "se promovería el turismo rural". Esta planificación se combinaría con una apuesta por una ciudad compacta. Para ello, apunta, San Vicente debe orientar su desarrollo "hacia el mantenimiento e incremento de zonas de actividad económica -industrias, servicios, actividades diversas, etcétera-", en lugar de aumentar las viviendas más allá de las 6.000 que prevé el vigente Plan General.

Talleres de construcción

El autor apuesta también por recuperar la "casa de Bolta o de Vota", que es el primer tipo de vivienda que se construyó en el área del antiguo Raspeig y que abarca desde San Vicente hasta las partidas rurales alicantinas de la Cañada, Verdegás, Moralet, Alcoraya y Rebolledo. Eran edificaciones alargadas, rectangulares y deben su nombre a que el techado era de bóveda. El estudio propone crear una taller de construcción con clases prácticas de las técnicas tradicionales de construcción de este tipo de vivienda sostenible, además de crear una ruta de las "casas de Bolta" y otra por los restos de las antiguas "boqueras" y pozos de agua.