La calle Raspeig quedará cortada a partir del lunes al tráfico para acometer la renovación de la red principal de agua potable del municipio. El concejal de Infraestructura, Rafael Lillo, anunció ayer que la actuación durará tres meses y consiste en la sustitución de la canalización antigua para evitar roturas y garantizar el suministro en la zona. Durante las obras se facilitará el acceso a vados y residentes. El coste de la actuación asciende a 180.316 euros, financiados en un 33% por Diputación y en un 66% por Aguas de Alicante.