Un incendio declarado cerca de las tres de la tarde de ayer en una zona de quema de tomateras secas de la empresa Bonnysa, en Mutxamel, provocó una gran humareda que obligó a los vecinos del entorno a cerrar puertas y ventanas. Además, tres viviendas fueron desalojadas como medida de precaución.

El siniestro se produjo por causas desconocidas en una parcela vallada donde se acumulan las tomateras del año anterior para proceder a su quema entre los meses de enero y febrero. No obstante, fuentes de la empresa explicaron que el incendio debió producirse de manera fortuita ya que hacía dos semanas que no encendían fuego, precisamente debido al temporal, y difícilmente un rescoldo haya podido durar tanto tiempo. Por otra parte, explicaron que la quema controlada se realiza lejos de las matas amontonadas y recuerdan que un par de años atrás sufrieron otro incendio en un estercolero, que fue provocado.

El área afectada por el fuego es de unos 2.500 metros cuadrados y se encuentra aproximadamente a un kilómetro de los invernaderos, de acuerdo con los datos facilitados por la mercantil. El fuego se declaró en un lateral y rápidamente se propagó a causa del fuerte viento que estuvo soplando a primera hora de la tarde de ayer.

Al lugar se desplazaron Bomberos del Consorcio con tres vehículos de extinción y dos de mando. También participaron dos brigadas forestales y dos autobombas, así como un helicóptero de Inaer, que estuvo utilizando agua de una balsa situada en las propias instalaciones de Bonnysa, lo que permitió actuar con más rapidez. En los trabajos también participaron operarios de Bonnyssa con máquinas palas.

Agentes de la Guardia Civil estuvieron controlando el acceso a la zona y desviando el tráfico. También colaboraron agentes de la Policía Local de San Vicente del Raspeig y Mutxamel y el concejal de Servicios y Mantenimiento de esta última localidad, Rafael Pastor.

El humo afectó en un primer momento a Los Girasoles debido a que el viento soplaba en esa dirección. Fuentes del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig informaron de que los policías locales y Protección Civil recorrieron la urbanización avisando a la población para que cerraran las puertas y ventanas de los chalets como medida de precaución. Dos familias fueron desalojadas de sus viviendas debido a que estaba entrando gran cantidad de humo en el interior. Uno de los afectados fue trasladado por propia petición debido a los problemas respiratorios que padece.

Además, en la partida de Baiona, en Mutxamel, los Bomberos también evacuaron sobre las seis y media de la tarde a una señora de 77 años de edad. La mujer tiene problemas de oido y no escuchó el timbre, por lo que los miembros del Servicio de Extinción de Incendios tuvieron que saltar la valla de la parcela para comprobar su situación, explicó la nuera de la afectada, quien acudió a la partida de Baiona para trasladarla a otra vivienda familiar. Ninguno de los desalojados requirió asistencia sanitaria.

Resguardados en el interior

Otro vecino del entorno, Antonio Torregrosa, se percató del incendio poco después de que se iniciara y, ante la gran cantidad de humo que rodeaba su vivienda, su mujer y él optaron por resguardarse en el interior tapando la parte inferior de puerta de entrada con una toalla. «Ahora ya se puede estar y he salido a respirar, pero antes no se veía ni a dos metros», explicó este residente en Baiona Baja.

Otra vecina, Consuelo Jiménez, señaló que también tuvo que cerrar todo y retirar la ropa que había puesto a secar ante la gran humareda que rodeaba su vivienda.

El hecho de que el viento amainara contribuyó a que al anochecer el fuego quedara controlado y ya no se temiera la posibilidad de que las chispas pudieran saltar a las parcelas más próximas. No obstante, fuentes de Bomberos indicaron que, dado que había «miles de toneladas de plantas secas», un retén permaneció en el lugar toda la noche como medida de prevención.

Al cierre de esta edición no se esperaba que hubiera que proceder a realizar nuevos desalojos.