El cansancio y la afonía de la gran mayoría de festeros de Mutxamel eran ayer los signos evidentes de la intensidad con la que han vivido las celebraciones de Moros y Cristianos en honor a la Virgen de Loreto que ayer tocaron a su fin. Durante el tradicional Día de los Borrachos, sugerente nombre con el que se bautizó la jornada de tránsito entre las fiestas y la vuelta a la normalidad del municipio, los integrantes de las nueve comparsas que aún se encontraban en el municipio y que durante cuatro días han sido el alma de un sinfín de actos, apuraron los últimos sorbos de unas fiestas que, en opinión de los organizadores, han estado a la altura de lo que se espera de Mutxamel. Un éxito pese a que, al igual que está ocurriendo en otros municipios con gran arraigo de Moros y Cristianos, muchos festeros de tradición y corazón -alrededor de 300 en el caso de Mutxamel- no han podido escapar a las consecuencias de la crisis y se han visto obligados a dejar sus comparsas momentáneamente a la espera de mejores tiempos. Otros han hechos esfuerzos importantes para salir en sus filàs evitando así que el éxodo de festeros restara espectacularidad a unas celebraciones centenarias que cuentan con la declaración de Fiestas de Interés Turístico Provincial. En este sentido, Comisión de Fiestas de Moros y Cristianos y Ayuntamiento han adelantado que van a preparar un protocolo para lograr que sean declaradas de Interés Turístico de la Comunidad Valenciana como paso previo a la consideración nacional.

Tras la Navidad, comisionados y comparsas empezarán a debatir sobre los candidatos a ostentar las capitanías de 2012.