La falta de espacio en los centros motivada por el aumento de la población y el retraso en la construcción de nuevos colegios marca el arranque del curso en la comarca de l'Alacantí, donde no sólo habrá más barracones, sino que en Mutxamel los módulos no cumplen con las medidas que establece la legislación, según denunció ayer Comisiones Obreras. El sindicato reclama a Educación la construcción urgente de tres colegios - en la citada localidad, más Sant Joan y San Vicente del Raspeig- y más líneas en los institutos.

El delegado de CC OO para l'Alacantí en materia educativa, Alfonso Terol, alertó sobre el "problema grave" de los niños de tres años que este curso se han matriculado en el colegio Manuel Antón de Mutxamel. El año pasado ya había un barracón y ahora se han instalado dos más, a pesar de que hace cuatro años que el Ayuntamiento puso a disposición de la Generalitat los terrenos para construir el cuarto colegio. Además de los problemas que acarrea el asistir a clases en un módulo, el sindicato explica que las ratios están siendo elevadas, con 25 alumnos por aula. La normativa establece que la clase debe tener dos metros cuadrados por cada niño, pero en este caso tienen 40 metros en total.

Esta situación se agrava porque entre estos niños hay algún alumno con necesidades educativas especiales, que requieren más atención por lo que Terol considera que 25 niños por aula es un número excesivo "y eso el profesor lo nota mucho".

Mientras El Campello, Xixona y, Busot y La Torre de momento pueden aguantar con los colegios disponibles, también en Sant Joan ha habido polémica porque los barracones del colegio Lo Romero y del instituto García Berlanga se han sustituido por otros de segunda mano. Sobre esta cuestión se pronunció ayer Esquerra Unida, que calificó de "lamentable" que la Generalitat realice la inversión en estos módulos "en lugar de dedicar fondos para la construcción de las aulas que nuestro pueblo necesita". EU apunta que, con esta decisión, "la Conselleria de Educación desoye también las reivindicaciones históricas de la comunidad educativa de Sant Joan puesto que alumnos, docentes y AMPAS han expresado reiteradamente su descontento y disconformidad ante tal decisión".

En Sant Vicente el Ayuntamiento ha salvado la situación ampliando el colegio Maigmó con el aulario que utilizaban la Escuela Permanente de Adultos y la de Idiomas, a la espera de que Educación construya el colegio número 12, que está previsto en la zona de Castellet-Montoyos.

En El Campello el problema es diferente. No tiene que ver con el espacio en los centros sino en transporte escolar. A principios de verano la Conselleria de Educación anunció la supresión de cinco autobuses que llevaban a alumnos de los colegios Fabraquer, Pla Barraques y Altamira. Son unos 200 niños que viven a menos de tres kilómetros de los citados centros -que es el límite que establece la ley para que sea obligatorio el transporte escolar- pero que deben transitar por calles peligrosas, según denuncian los padres, que recurrieron la decisión ante la Conselleria. Pero el curso está a punto de comenzar y ayer no habían recibido contestación. Tampoco el Ayuntamiento había recibido todavía ninguna notificación de la Administración autonómica, según indicó el alcalde, Juanjo Berenguer, quien espera que se conozca la respuesta en breve.