En Agost el problema reside en que los padres solicitaron matrícula para 35 niños de tres años en el colegio público La Rambla, que sólo tiene una línea educativa. Por tanto, cuando la comisión de matriculación efectuó el baremo sólo se admitieron a 25 niños, llevando la ratio al máximo, y diez quedaron fuera. El delegado de Comisiones Obreras explica que, cuando los padres alegaron, el consejo escolar abordó la cuestión y les contestó que tenían que matricular a sus hijos en el otro colegio que hay en la localidad, que es concertado y donde sí que quedaban algunas vacantes.

Uno de los padres al final accedió y ha matriculado al pequeño en el centro concertado, pero el resto presentó un recurso de alzada ante el director territorial de Educación reclamando el derecho que les asiste a que sus hijos asistan a un colegio público.

Alfonso Terol denuncia que a estas alturas todavía no les hayan contestado "con la incertidumbre que eso crea a los padres, ya que no saben qué van a hacer con sus hijos".

Según indica, el motivo por el que los padres insisten en solicitar plaza en el colegio público es que "no comparten el ideario de un centro religioso y creen en la enseñanza laica". Terol manifiesta que "el argumento a la hora de defender la enseñanza concertada es la libertad de elección de centro" y que en este caso los padres enarbolan ese mismo derecho, pero con distinto objetivo.

Además, consideran que la Conselleria podría haber solucionado su problema contratando a otro profesor de Educación Infantil puesto que en la escuela hay espacio y se podría habilitar un aula nueva construyendo un tabique. Además, Alfonso Terol indica que la ratio de niños por aula "sería lógica" ya que, aunque son 35 niños cuentan como 37 ya que hay uno que presenta necesidades educativas especiales. Por lo tanto, habría unos 18 alumnos en cada clase.