La Guardia Civil de San Vicente detuvo ayer a un vecino de esta localidad que dejó por la mañana a su hijo de tres años solo en su casa mientras iba a la Biblioteca Municipal a sacar unas películas de dvd y libros. El niño fue rescatado por los Bomberos a través del balcón de la vivienda, tras ser alertados por una vecina.

Sobre las once y media de la mañana, una mujer se percató de que el pequeño estaba solo, llorando, en el balcón de un primer piso de la calle Blasco Ibáñez. Según relataron otros testigos, el niño estaba sentado en una silla y acabó tranquilizándose y entrando de nuevo en el salón de la vivienda.

Mientras, la vecina alertó a la Policía y Bomberos al considerar que había peligro de que el niño pudiera saltar desde el balcón. Un día antes, otro pequeño de la misma edad había resultado herido al caer de una terraza en Rojales. Al lugar se desplazaron de inmediato dos camiones del Consorcio de Bomberos, así como agentes de la Guardia Civil y la Policía Local.

Utilizando la escalera, un bombero entró en la vivienda por el balcón pero no pudo sacar al niño por la puerta de la casa ya que el padre la había cerrado con llave para evitar que se escapara. Por tanto, hubo que sacar al pequeño con la cesta de los bomberos a través de la terraza.

El menor fue conducido al cuartel de la Guardia Civil, mientras un vecino localizó al padre en la Biblioteca de San Vicente, situada a unos 50 metros de su vivienda. Según relató más tarde Liana Pérez, la madre del niño, el hombre había acudido al centro municipal para sacar unas películas para el su hijo y unos libros para el niño y para ella. Habitualmente él cuida al niño mientras ella trabaja.

El hombre acudió al cuartel de la Guardia Civil, donde quedó detenido por abandono del menor, según informaron fuentes policiales, que indicaron que el pequeño pudo estar solo alrededor de una hora. Además, según explicaron, sobre este vecino de San Vicente -de 28 años de edad y nacido en Venezuela- pesaba una orden de busca y captura de un juzgado militar de Madrid por desacato a la autoridad.

Cerca de las tres de la tarde la mujer abandonaba el cuartel de la Guardia Civil con el niño, quien se despidió alegremente de los agentes. La joven admitió que su pareja había obrado mal dejando al niño solo, pero indicó que lo ocurrido le servirá para no volver a hacerlo. Explicó que su hijo no había querido ir con su padre y que por eso lo dejó solo. A su juicio, la vecina "ha llamado porque tiene un poco de envidia" y señaló que el caso se había "exagerado" un poco. Respecto a la orden del juzgado de Madrid, Pérez alegó que no se ha presentado por dificultades económicas para sufragar el viaje a la capital ya que los ingresos familiares son escasos.

Otros vecinos y comerciantes de la calle Blasco Ibáñez salieron ayer en defensa de los padres, que residen desde hace aproximadamente medio año en este piso. José Antonio Expósito, dueño de un bar situado a unos metros del lugar del rescate, explicó que aunque el niño estuvo llorando, cuando los vecinos hablaron con él -unos desde la calle y la vecina del piso colindante a través del balcón- el menor volvió al salón y corrió las cortinas, de modo que no había riesgo de que se cayera. Un hombre le lanzó incluso una bolsa de caramelos para que se tranquilizara, aunque el niño explicó que no le gustaban los dulces.

Otra comerciante, Leonor Lillo, aseguró que "el niño no está abandonado". De hecho, apuntó, "siempre le vemos pasar con su padre, ya que la madre está trabajando". Además, agregó, "siempre va bien vestido y no es un niño que suela llorar". Lo que esta mujer temió fue que al padre le hubiera sucedido algo.

El hombre quedó ayer detenido ayer en el cuartel de San Vicente para pasar hoy a disposición judicial.