El temido picudo rojo se extiende por Agost. Decenas de vecinos de la zona del camino del Palomaret ven impotentes cómo sus palmeras se infestan por estos insectos, que atacan sin piedad a ejemplares de hasta 80 años.

La causa: dos plantaciones en muy mal estado en la zona están contribuyendo a que el coleóptero se propague sin control. Una de las vecinas afectadas, Mª Ángeles Serrano, explicó ayer que unos viveristas de Elche alquilaron los terrenos hace años y que han ido trayendo palmeras para que pasen la cuarentena. "Decenas y decenas de árboles, el problema es que los tienen abandonados y el picudo ha acabado por aparecer, sin que haya nadie que haga nada", añadió.

El insecto puede volar hasta cinco kilómetros y las casas de campo y los chalés, con cientos de palmeras, se encuentran a apenas un centenar de metros de estas plantaciones.

La desesperación e impotencia de los vecinos aumenta cada día que pasa: "Lo único que queremos es que la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento tomen medidas y pongan medios para acabar con esta plaga, que obliguen a los dueños de las plantaciones a limpiarlas, cuidarlas y, si es necesario, quemar los ejemplares dañados".

Varios residentes, incluso, se han visto obligados a destruir ejemplares, como es el caso de Jose Cuenca: "He perdido la cuenta de las veces que llamé a la Conselleria de Agricultura para decir que había picudo y que tenía una palmera infestada y, al final, me dijeron que me encargara yo de destruirla y que ya me darían una indemnización, pero nada".

El alcalde, Antonio Pérez, aseguró que el Consistorio carece de medios suficientes y que es la Conselleria la que tiene que actuar. En cualquier caso, añadió que el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha comprobado que la documentación de las empresas propietarias está en regla. Este diario intentó hablar con la Conselleria, sin éxito.

Mientras, el presidente de la Asociación de Empresas Productoras de Plantas de Viveros de la Provincia, Moisés Agulló, informó de que estos viveristas no forman parte de esta institución, pero incidió en que hay que llevar a cabo un seguimiento fitosanitario y regar la plantación para que la palmera no acabe muriendo.

Agulló recordó que desde el año pasado son los particulares los que deben responsabilizarse de sanear los ejemplares y de eliminarlos en caso de que sea demasiado tarde para recuperarlo. "La Conselleria de Agricultura coordina el proceso, los pasos que tienen que seguir los afectados", agregó el presidente del colectivo.