Los heladeros artesanos de la provincia prevén cerrar la campaña que comenzará en Hogueras sumando un incremento de entre el 2 y el 5 por ciento a la facturación de 45 millones de euros que alcanzaron el pasado año, una cantidad que representa el 18 por ciento de los ingresos totales de un sector al vaivén de la climatología en el que, a priori, la crisis no está siendo determinante porque se trata de productos con precios asequibles.

La primavera no ha sido buena climatológicamente hablando por lo que los resultados del sector en el arranque de la temporada han sido menores a los previstos, según destaca José Luis Gisbert, presidente de la Asociación Nacional de Heladeros Artesanos (ANHCEA) con sede en Xixona.

"Precisamente en Semana Santa y durante los fines de semana que es cuando más helado se consume ha hecho mal tiempo, lo que ha provocado que se resientan las ventas", explica Gisbert para quien en el consumo del helado se cumplen algunas rutinas que nunca cambian: con la misma temperatura, dependiendo si luce el sol o no la diferencia en las ventas puede reducirse a la mitad.

Por esta razón, esperan que el verano compense este mal comienzo de una campaña en la que las ventas de granizados y horchata volverán a suponer el 50 por ciento de la facturación, tal y como viene siendo habitual.

El sector del helado artesano, en el que resulta casi imposible contar con una estadística real de puntos de venta porque se venden helados y granizados en los establecimientos más diversos, movió el pasado año la friolera de 240 millones de euros. Pese a que se trata de un gran volumen de producción, estos heladeros mantienen que sus productos son artesanos y naturales frente a los de tipo industrial.

En un sector diseminado por todo el territorio nacional, especialmente en la costa mediterránea hasta Huelva, si bien la mayoría de estos negocios -Gisbert calcula que más del 50 por ciento- tiene su origen entre las localidades de Xixona e Ibi, su principal objetivo es seguir íntimamente ligado a la palabra artesano utilizando sólo productos naturales frente a otro tipo de elaboración industrial.

La principal diferencia radica en la capacidad de inyectar aire al helado de forma que se reduce la cantidad de materia prima.

Nuevas presentaciones y sabores en junio

Los heladeros se esperan hasta el mes de junio para lanzar nuevos sabores y presentaciones con el fin de que la competencia no tenga tiempo material para copiar sus productos en esa campaña. No obstante, Gisbert asegura que el la mayor parte de las ventas se concentra en los helados clásicos "porque los productos que son buenos, lo son siempre". Los helados de nata, turrón, mantecado o vainilla son sabores de toda la vida que siempre están en las heladerías. Otra cosa, es que cambie la presentación y a estos helados se incorporen trozos o crujientes. Nata con trocitos de chocolate, vainilla con cookies, nata con galletas oreo (un producto que lanzó Gisbert el pasado año con gran éxito y que ya han "copiado" otros heladeros), nata con arándanos y un sin fin de variaciones. "A los sabores clásicos se les añaden cosas y el éxito está garantizado", asegura el presidente de ANHCEA que insiste en que pese a existir una competencia lógica, entre los heladeros hay muy buena camaradería. "Hacemos cursos y puestas en común en las que nos intercambiamos información de forma habitual".