Los orificios se encuentran en una zona de paso de la montaña que a menudo frecuentan adultos y también niños ajenos al peligro que conlleva la no señalización de estos agujeros.

Son unas cavidades que en algunos casos no logras ver hasta que estás prácticamente encima. Además, no se sabe qué profundidad tienen ya que se encuentran anclados en la tierra y lo peor es que no presentan posibilidad de salir al exterior en caso de que alguien cayera en su interior.

Además, el riesgo de accidente se agrava porque el terreno que rodea a estos antiguos respiraderos resulta resbaladizo como consecuencia de la actividad de extracción del ocre que hubo décadas atrás en este paraje.

El portavoz del grupo municipal de Esquerra Unida, José Juan Beviá, y el ex edil Juan Rodríguez, acompañados por un par de vecinos del entorno, relatan que las personas que suelen frecuentar los cazadores y también frecuentan los excursionistas, senderistas y residentes del entorno. Incluso, aseguran, a veces acuden menores.

El Sabinar es una zona muy frecuentada del municipio que congrega a vecinos en días significativos como el Domingo de Pascua. También son habituales las congregaciones para la reforestación y plantación de árboles.

Beviá advierte al Ayuntamiento de la necesidad de prevenir posibles accidentes y reclama un plan para taparlos o, al menos, vallarlos y señalizarlos adecuadamente, tanto los de la montaña como los que existen en el valle. En total son alrededor de una docena.

No es la primera vez que el Valle del Sabinar se encuentra inmerso en una polémica. El Plan General de San Vicente contempla la construcción de un campo de golf, un complejo hotelero y viviendas. En 2008 la empresa promotora del proyecto realizó movimientos de tierra que dejaron la parte del valle sin especies animales ni vegetales, aunque las obras permanecen en la actualidad paralizadas.