Los propietarios de las embarcaciones que habitualmente fondean en Cala Baeza, de El Campello, han denunciado una oleada de robos que comenzaron hace varios meses y que, según afirman, están llegando hasta el punto de desmontar algunas piezas con total impunidad.

Según explica uno de los afectados, miembro del Club de Pesca desde Embarcación Cala Baeza, los problemas comenzaron esta primavera. "Primero rasgaron algunos toldos y lonas con las que protegemos los barcos y forzaron las puertas de los camarotes para llevarse lo que encontraban". En esa primera fase, indica otro de los pescadores, se llevaron "cañas, emisoras, equipos y otros artículos".

"Pero como han visto que pueden actuar con total impunidad, ahora se están llevando incluso piezas de los barcos". Algunas de las últimas sustracciones, relatan, han sido las hélices de varias de las embarcaciones o también depósitos de gasolina.

Los pescadores señalan que han presentado algunas denuncias ante la Guardia Civil por los objetos de más valor, aunque no han llegado a informar de otros objetos como las cañas. Ante esta situación, solicitan que se intensifique la vigilancia en esta parte de la costa de El Campello con el fin de evitar estos hurtos.

Mientras tanto, fuentes del Ayuntamiento de la localidad indicaron que la Policía Local no ha recibido ninguna denuncia de esta oleada de robos.

En todo caso, explicaron que el problema que presenta Cala Baeza reside en que no se trata de una concesión oficial como el Club Náutico y, por tanto, "no es un puerto ni tiene por qué vigilarse".

En Cala Baeza existe un espigón que ofrece abrigo a varias decenas de pequeñas embarcaciones, de ahí que la utilicen los pescadores, aunque existe un proyecto de la Conselleria de Infraestructuras para construir otro puerto deportivo más, que tendría 135 amarres. Esta iniciativa ha levantado las reticencias de los vecinos del entorno que, además, reclaman la acometida de obras de mejora en la zona sin tener que esperar a que se construya el puerto deportivo. Por su parte, los colectivos ecologistas se han opuesto abiertamente al proyecto por el daño que temen que vaya a causar en esta parte de la costa, también llamada Cala Merced.