Vox fue una de las formaciones ganadoras en la noche de ayer, junto al PSOE y Ciudadanos, aunque bien es cierto que sus resultados finales, con 24 diputados, se situaron muy por detrás de las altas expectativas que le daban algunas encuestas. La irrupción del partido de ultraderecha en el Congreso ha tenido un efecto devastador para el bloque conservador y liberal ya que ha provocado la movilización de la izquierda y de los independentistas; y de los abstencionistas de centroizquierda. Vox ha provocado la fragmentación del voto de la derecha y ha sangrado especialmente al Partido Popular. Por ende, desde 1979, con la Unión Nacional de Blas Piñar, la extremaderecha no estaba en el Congreso.

No en vano, Vox sumó ayer el 10,26% de los votos emitidos lo que lo sitúa como quinta fuerza política nacional con la friolera de 2.666.858 sufragios. Por estas cifras, el presidente de esta formación, Santiago Abascal, no ocultó su alegría cuando salió a la plaza Margaret Thatcher de Madrid, próxima a la de Colón, para valorar los resultados. «Gracias a los más de 2 millones y medio de compatriotas que nos han dado su confianza, y en especial a los 50.000 militantes de nuestro partido y a los apoderados que han sustentado este proyecto», dijo.

«La garantía de la unidad»

No en vano, recordó el dirigente de ultraderecha: «Ahora en el Congreso hay una garantía, hay una voz que no existía hasta ahora y que en 3 años ha pasado de 40.000 a más de 2,6 millones de votos». En concreto subrayó «la resistencia nacional ya está en el Congreso, con Vox, y Vox va a ser la garantía de la Unidad de España y va a representar el orgullo de ser español». Sin embargo, Abascal no quiso «caer en la autocomplacencia» porque manifestó «hoy, -por ayer-, es un día de alegría» por los millones de sugragios sumados, pero también de «preocupación» porque: «No ha sido posible expulsar al Frente Popular» en alusión a un posible futuro bloque de izquierdas del Gobierno. Tanto que España «está en un momento peor que ayer», debido a la derrota de las derechas en las urnas, remarcó.

Y la responsabilidad de este crecimiento de los partidos de izquierda, Abascal la volcó en el PP y en Ciudadanos a los que calificó como «la derechita cobarde» y «la veleta Naranja». En concreto a los populares les censuró porque con 186 escaños «no fueron capaces de oponerse a la Dictadura de la Izquierda Progre» y no dudaron «en entregar las televisiones, los medios de comunicación y la educación a la Dictadura de la Izquierda Progre», significó.

Sin embargo, esta situación va a cambiar «gracias a los 24 diputados de Vox», enumeró, que no permitirán en las Cortes Generales que «se trocee España en Cataluña ni que se doblegue ante Bruselas». Además, se garantizará «el derecho a la vida» y se preservarán «tradiciones como la tauromaquia, la Semana Santa y la caza». Esos 24 parlamentarios, enfatizó, «garantizarán una Resistencia Nacional ante las posiciones liberticidas», trabajarán por «la España Rural» y avisó: «Vox ha venido para quedarse , esto solo es el principio, bienvenidos a la resistencia.