Si usted está en Alicante y escribe la palabra «patinaje» en cualquier buscador de internet, el Club Atlético Montemar siempre aparece en primer término. Y no es una casualidad.

El ilustre club alicantino, cantera de infinidad de deportes de raqueta, hockey o gimnasia, vuelve a lucir hoy músculo con el patinaje artístico, una disciplina ochentera que las nuevas generaciones han rescatado del olvido. «Tenemos este curso 200 alumnos inscritos entre los dos campus [Padre Esplá y Albufereta], hemos notado un crecimiento en los dos últimos años. Quizá por una serie de dibujos de Disney Channel», asegura Sonia Eguía, la directora de la escuela de patinaje del club y con el título de entrenadora nacional.

La serie a la que se refiere ( Soy Luna) ha sido un factor determinante para los más pequeños, que descubren la belleza de este deporte en el club, pero que aún no compiten. «Ellos aprenden jugando, es lo mejor. Luego cuando ya empiezan a patinar, deben aprobar unos exámenes, como si fuera judo, para poder competir», cuenta Eguía.

Estos exámenes organizados por la Federación, en los que se debe sacar la máxima puntuación, los pasaron en su momento Carolina Marchante y Kilian Gomis, dos de los alumnos más aventajados de Montemar y que hoy son también monitores. Kilian fue campeón de España juvenil el pasado mes de junio y compite el próximo mes de noviembre en Portugal en la Copa de Europa. Por su parte, Carolina fue subcampeona de España júnior en la modalidad «sólo danza». Pero ellos dos no son los únicos que dan alegrías al club: Aixa María Rodas quedó recientemente tercera en el Campeonato de España sénior y Javier Soler logró la plata en la categoría júnior.

El patinaje en el Club Atlético Montemar no entiende de edades y sobre el parqué alicantino hay alumnos desde los cuatro años hasta la treintena. «Este año hay antiguas alumnas que les ha vuelto a picar el gusanillo de los patines e incluso algún padre que hacía hockey de joven y quería volver a ir sobre ruedas», repasa Eguía.

Un club pionero

A mediados del siglo pasado, las pioneras Carmen Llorca y María Antonieta Baeza ya reunían, mientras patinaban, a decenas de personas en las gradas del Montemar de Padre Esplá, un club, huelga decirlo, reconocido a nivel nacional durante años por sus hazañas en hóckey sobre patines.

Hoy la entidad vuelve a lucir sobre ruedas y su abanico de modalidades es muy extenso: individual, sólo danza o parejas, show o show promocional. «Lo importante es que tengan ganas y vengan a entrenar», les anima Eguía.