Plásticos de aspecto agradable, un interior espacioso y capacidades sorprendentes para ir por tierra. Y encima, por si todo esto nos parece poco, anuncia un precio de escándalo que arranca en los 11.900 euros de la versión de acceso.

Con esta inusual carta de presentación llegó al mercado el Dacia Duster, lo último de la firma de bajo costo dependiente de Renault. Y lo cierto es que, después de haberlo probado durante varios días, podemos decir que poco o nada tiene que envidiar a sus rivales más refinados, esos que le superan en bastantes miles de euros de coste.

La gama está formada por dos motores diésel 1.5 dCi con 85 y 110 CV, y un gasolina 1.6i de 110 CV. Las cajas de cambios son todas manuales, con cinco velocidades en el diésel menos potente y seis en el gasolina y gasóleo más potentes. Estas dos últimas mecánicas son las que pueden ir asociadas a la tracción total conectable.

De entre todas las opciones, es el Duster 1.6i de 110 CV con tracción 4x4, la versión que traemos a análisis en esta ocasión.

Antes de nada, señalar que, por consumo y rodar, los más apetecibles pueden ser cualquiera de los diésel (recomendamos el más sencillo con tracción 4x2 -a partir de 14.470 euros-, si vamos a ir normalmente con poca carga y por asfalto, y el más potente -desde 15.100 euros- si lo nuestro es la tracción total para campo y viajamos con más familia), no obstante, el gasolina tiene su parcela si no hacemos muchos kilómetros y se prefiere más suavidad a pocas vueltas. Hay que tener en cuenta que el Duster de gasolina no puede llevar control de estabilidad, sólo se ofrece como opción en los motores dCi.

Como ya hemos mencionado antes, el 1.6i de 110 CV va asociado a un cambio manual de seis marchas, que tiene una particularidad: una primera velocidad especialmente corta. Así, una vez metidos en el campo, su capacidad para subir un desnivel importante es mucha y no echamos en falta una reductora. En ciudad hay que acostumbrarse al cambio, saliendo desde parado mejor en segunda -el resto de desarrollos son también un poco cortos- para iniciar la marcha más tranquilamente.

Pero sin duda, lo que más posibilidades de éxito nos va a dar en una situación comprometida por tierra, además del desarrollo de la primera velocidad y una distancia libre al suelo de 21 cm, es el sistema de tracción 4x4 conectable, cuyos modos de funcionamiento puede elegir el conductor mediante un selector en la consola central.

En conducción normal, la posición ´2WD´ deriva todo el par del motor a las ruedas delanteras; en el modo ´AUTO´, la fuerza va variando hasta en un 50% al tren trasero a través de un embrague multidisco. Si la cosa se complica, ese reparto se puede bloquear y de esa forma, la potencia actúa de manera equitativa en las cuatro ruedas.

Dejamos para el final el interior y el equipamiento. El primer aspecto está muy bien resuelto en cuanto a practicidad y duración de materiales. Los plásticos, si bien duros, son agradables y están correctamente ajustados. La instrumentación es completa y legible. El interior, amplio para que puedan viajar cinco pasajeros, nos obsequia con 443 litros de maletero.

En el apartado de dotación, la gama Duster se estructura en tres niveles: Base, Ambiance y Laureate. El primer acabado, algo escaso, se puede completar con un paquete de 1.000 euros que incluye airbags laterales, aire acondicionado, cierre centralizado y elevalunas a las cuatro ventanillas. Los siguientes niveles añaden ese paquete y elementos como barras en el techo, ordenador de viaje, faros antiniebla, retrovisores eléctricos, asiento trasero abatible por partes 60/40 o revestimientos interiores de símil madera.