BMW tiene en su exclusivo catálogo algunos de los mejores, más rápidos y deseados deportivos del mundo. Los responsables de la marca lo saben bien, como también tienen claro el perfil de los conductores de los coches que fabrican. De ahí que, en 1978, surgiera la idea de crear una escuela de conducción donde ´enseñar´ a sus usuarios a extraer todo el potencial del vehículo que habían adquirido.

Desde entonces hasta ahora esos cursos y actividades especiales que BMW encuadra en su división ´Group Driving Experience´ han evolucionado mucho y se han extendido prácticamente a todos los mercados.

En España se proponen cursos con cuatro niveles diferentes que se imparten en los circuitos de Jarama, Cataluña y Navarra, con duraciones de medioa jornada o jornada completa, aunque también se proponen actividades internacionales como la ´Aventura en Namibia´ o la ´Experiencia Invernal´ en Suecia o Austria.

El primer nivel, denominado ´EfficientDynamics Conducción Segura´, se imparte en media jornada sobre los BMW 120d y propone situaciones de riesgo y como superarlas, así como el aprovecha- miento de las múltiples tecnologías y ayudas a la conducción que incorporan los BMW. Su costo es de 195 euros.

El segundo nivel ya se propone como ´Conducción Deportiva 1/2 jornada´, cuenta con ejercicios de frenada, cambio de carril, eslalon, trazadas, etc. Se emplean los BMW 335i y cuesta 280 euros.

´Conducción Deportiva jornada completa´ es el tercer nivel, se elevan las exigencias y se emplean tanto los 335i como los M3 Coupé. El precio sube hasta los 595 euros.

Llegamos así al cuarto nivel, la ´Experiencia M´, al que se accede después de haber realizado el ´Conducción Deportiva´ o si se es poseedor de un BMW M. Acompañados, siempre por un monitor especializado –en su mayoría pilotos o expilotos– que nos corregirá sobre la marcha y nos enseñará a exprimir los 420 CV de los M3 Coupé sobre los que se imparte el curso. Su duración es de una jornada completa y, por experiencia propia, aseguramos que vale cada uno de los 1.195 euros que cuesta.

Y es que, por gentileza de BMW, hemos vivido la ´Experiencia M´ en el trazado del Jarama.

Una charla con resumen de actividades y explicación de las características de los modelos a nuestra disposición (toda la gama M, desde el novísimo Serie 1 M Coupé, a los M3 Coupé y berlina, sin olvidar los X5M y X6M) da paso a la práctica.

Para el que nunca haya rodado en un circuito, la primera vez resulta incluso intimidante, la adherencia es mucha y el trazado de sus curvas es impensable en carreteras abiertas. Claro que, el hecho de que a tu lado se siente un experimentado monitor, que detrás te acompañen tus compañeros –con el miedo al ridículo que ello conlleva– y que, en todo momento, tengas conectado el control de estabilidad y tracción –un ángel de la guarda que BMW ha sabido hacer muy, muy eficiente– simplifica bastante las cosas. Las primeras vueltas sirven para cogerle el tranquillo, tanto a la ´bestia´ que conducimos, como al trazado. A lo largo del mismo se han dispuesto tres ejercicios: un eslalon, una esquiva a derechas y/o izquierdas y una prueba de frenada en curva. Esto hace que memoricemos mejor el trazado y que empecemos a entender la excelente dinámica del sorprendente M3 Coupé. El monitor no deja de indicarnos por dónde debemos trazar, dónde empezar a frenar o cuándo acelerar. Curiosamente y pese a nuestras ganas, es él quien nos invita a ir más rápido. Cada dos vueltas se cambia de conductor.

Concluida la sesión de pista, nos vamos al paddock, donde se han dispuesto tres ejercicios: un eslalon marcha atrás (¡), una pista de drifting (derrapaje controlado) mojada y muy resbaladiza y un revirado y cortísimo trazado donde compiten dos M3 a la vez, incluido detener el coche y atravesar a pie una célula fotoeléctrica. Ya venimos ´calientes´ y crecidos de la pista y los ejercicios resultan muy divertidos y apasionantes, impresiona ver al monitor hacer un 8 totalmente de costado y que luego nos pase el volante para marcarnos un soberano trompo de 360º al primer intento, o cómo nos dejamos la piel para batir al compañero en la ´carrera´.

El almuerzo sirve para relajar los ánimos, refrenar la pasión de los participantes y reponer fuerzas.

La tarde se dedica a rodar en pista, ya con el circuito completo y al ritmo que cada uno considere oportuno. Nunca pensamos que llegaríamos a 270 km/h a final de recta, que frenaríamos incluso después de que el monitor nos hiciese la señal o que corregiríamos, con decisión y seguridad algunos ´coletazos´ del coche.

La ´Experiencia M´ ha terminado, nos quedamos con ganas de más, pese a que estamos realmente cansados y la conclusión es contundente: ¡que cochazo y que experiencia! Merece la pena saber hasta donde podemos llegar, con total seguridad y sin agobios y constatar lo próximo que un BMW M está de la competición. Curiosamente, al salir a la carretera, ya con nuestro propio coche, nos sentimos más seguros, lo controlamos más y mejor, pero comprendemos que las carreteras abiertas no son el escenario donde podamos vivir el tsunami de adrenalina que ha supuesto la experiencia.