«No estamos conformes con el nivel de la prueba de certificación de B1 de inglés que se llevó a cabo el 24 de mayo de 2016 en la Comunidad. Solicitamos la impugnación de la prueba así como que se vuelva a realizar». La iniciativa de incluir este escrito en change.org -por parte de una alicantina, magdalena Delicado-, superaba al cierre de esta edición las 2.000 firmas que los alumnos adjuntarán a las que, por otra parte, han empezado a recoger en todas y cada una de las escuelas oficiales de idiomas de modo presencial y mediante turnos.

Sólo en la EOI de Alicante los matriculados en estas pruebas rondan los 4.000, junto a 300 de Alcoy y al menos 8.000 en Valencia. La especie de selectividad a la que se están enfrentando estos días miles de alumnos para obtener las certificaciones de los distintos niveles de idiomas ha provocado, especialmente en el B1 de ingles y también en el A2 de francés -al menos en Alcoy- una riada de protestas que se están canalizando vía redes sociales para hacerlas llegar a la Conselleria de Educación.

«Llevo preparándome cuatro años, pagando academias privadas, compaginándolo con otras obligaciones y para qué, para salir hundida del examen. Con estas cosas consiguen que abandonemos», apunta María Rafal, de Elche.

La oleada de quejas está alcanzando tal proporción que desde algunos de los centros oficiales llamaron ayer a la tranquilidad. Indicaron que se trata de pruebas pilotadas para que respondan al nivel exigido y que se tiene mucho cuidado para medir a todos «con el mismo rasero. Los alumnos deben esperar a conocer los resultados porque es normal salir preocupado de un examen», señalaron a INFORMACIÓN.

También precisan que al tratarse de una prueba única, la comisión que las prepara también atendería cualquier indicación por parte del profesorado si, una vez corregidos los exámenes, advierten que el descalabro es general. «Hay sesiones informativas con las escuelas y todas las quejas llegan a la comisión desde donde los técnicos recomiendan tranquilidad hasta ver los resultados.En el caso de que hubiera que corregir algo después, recibiríamos todos las mismas instrucciones». Los profesores afirman que si el examen sale mal «se harán las correcciones correspondientes» y que se está sobre ello.

Escuelas consultadas destacan haber «transmitido la preocupación de nuestros alumnos», al tiempo que indican que todos los años se valoran los resultados de estas pruebas «pase lo que pase». Quedan pocas comunidades con esta prueba unificada, en la mayoría cada centro hace la suya.

La Conselleria de Educación subraya por su parte que cada prueba de nivel se ha testado por dos veces con anterioridad con alumnos de cada uno de los niveles de idioma. «Lo ha hecho la conselleria por primera vez en la trayectoria de las Escuelas Oficiales de Idiomas», afirman.