Un aprendizaje sin la barrera de la edad entre Alcoy y Muro

Alumnos del colegio Carmelitas Vedruna y de la residencia Fundación Casa Beneficencia participan en un proyecto en el que entablan relación a través de cartas y que culmina con un intercambio de visitas

Niños y mayores conectan corazones a través del intercambio de cartas

Juani Ruz

En los primeros años de la vida, los conceptos de enseñanza y de aprendizaje van mucho más allá de lo estrictamente académico. Prácticamente cualquier experiencia o estímulo puede invitar a la reflexión, o a tomar contacto con algún conocimiento. Y lo habitual es que esa lección se asimile fácilmente y ya no se olvide, sino que se quede como parte del bagaje intelectual de la persona y la acompañe a medida que vaya creciendo. Y por eso, cuando la existencia se acerque ya al ocaso, vivir una experiencia similar a aquella de la infancia probablemente generará también un gran estímulo, que hará que el motor siga funcionando.

Llevada esta teoría a un terreno más mundano, la interacción entre escolares de corta edad y personas mayores tiene efectos positivos para las dos partes, por llevar consigo ese aprendizaje que sobrepasa lo curricular. Para los pequeños supone tener contacto con otras realidades, conocer de primera mano cómo es una etapa de la vida diametralmente opuesta a la suya, mientras que para quienes tienen ya una edad avanzada implica revivir el recuerdo de un tiempo lejano, estimulando de esa forma unos sentidos que ya sufren algún deterioro. Es, en suma, algo beneficioso para todos los participantes, y también para los docentes y sociosanitarios que acompañan a unos y otros.

Algunos de los escolares que participan en el proyecto con su maestra, enseñando cartas que remitirán a los mayores.

Algunos de los escolares que participan en el proyecto con su maestra, enseñando cartas que remitirán a los mayores. / Juani Ruz

En esta línea va el proyecto "T'ajude, m'ajudes", en el que participan alumnos de 3º de Primaria del colegio Carmelitas Vedruna de Alcoy y usuarios de la residencia de mayores Fundación Casa Beneficencia de Muro. Unos y otros han entrado en contacto a través de cartas, en las que se han ido contando cómo es su día a día; los pequeños, qué aficiones tienen o qué hacen en su tiempo libre, y los mayores, a qué se dedicaron cuando eran más jóvenes y cómo es su vida en la residencia. La idea, tal y como explica Reme Perelló, la maestra que coordina la actividad en el centro, es estimular la sociabilidad y la empatía, junto con la escritura y la creatividad.

Distribuidos en grupos de dos o tres escolares, han escrito siempre a la misma persona mayor, de manera que han podido conocerla algo más. La directora de la residencia de Muro, Andrea Alcaraz, cuenta que "nos pareció muy bonito, es una manera de relacionarse con niños, conocer a otros colectivos y romper la monotonía". La actividad "ha dado mucha conversación" a los internos, con toda la estimulación sensorial y emocional que eso conlleva, y más aún teniendo en cuenta que la mayoría de estas personas sufren ya un cierto deterioro cognitivo. Pero sobre todo "les hace sentir que todavía son parte de la sociedad".

También la psicóloga del centro, María José Bernabeu, destaca que "las actividades intergeneracionales son siempre enriquecedoras", y que una de las cosas que más suele llamar la atención a los mayores es que "la manera de vivir ahora es muy diferente de la que ellos tenían". Al mismo tiempo, para los niños es una forma de entablar contacto con personas de edad avanzada, al margen de los abuelos, quienes los tengan.

Pensando en el encuentro

La actividad culmina con las visitas que los usuarios de la residencia de Muro hacen al centro escolar de Alcoy y viceversa; la primera de ellas ya se realizó el pasado 10 de abril, mientras que la segunda tendrá lugar próximamente. Este periódico pudo ser testigo de la expectación con la que aguardaban los mayores este día. Antonio quería contarles a los estudiantes de Primaria su agradecimiento por sus cartas y, de paso, explicarles que de joven fue pastor. Por su parte, Enrique les quería hablar de Menorca, la isla en la que nació, y de que allí, en su juventud, practicó deportes como la natación y el tenis. Ambos tuvieron ocasión de contarlo de primera mano.

Un momento del encuentro que ya se ha celebrado entre los escolares y los mayores.

Un momento del encuentro que ya se ha celebrado entre los escolares y los mayores. / Juani Ruz

Siete internos de la residencia participaron en esta visita al colegio Carmelitas Vedruna. Llegaron con emoción y muchas ganas de conocer a los escolares con los que han compartido esta experiencia. Incluso los que ya tienen algo de dificultad para expresarse se desvivían por interactuar con los niños, y seguir aprendiendo de ellos a la vez que sus propias vivencias servían de aprendizaje para los pequeños.

Valores de respeto, diversidad e inclusión en una sola actividad

Este encuentro intergeneracional entre los alumnos de 3º de Primaria del colegio Carmelitas Vedruna de Alcoy y los usuarios de la residencia de la Fundación Casa Beneficencia de Muro tiene un carácter muy transversal, puesto que toca muchos aspectos. Permite trabajar valores sociales como el respeto por otras personas, la diversidad en un amplio aspecto (edad, orígenes, profesiones...), la inclusión o la ayuda mutua. Y todo ello sin olvidar el lado más académico, como la expresión oral y escrita. Las dos partes coinciden, además, en que la experiencia ha sido muy positiva.

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